Con un alto interés y empatía, los estudiantes del 3° medio G (Humanista), del Liceo Carmela Carvajal de Prat, participaron de la charla/clase «Poder, control y resistencias. Dictadura cívico-militar en Osorno, 1973-1990», el 20 de noviembre en el edificio de Postgrado.
Esta clase se dio a solicitud del profesor Héctor Pérez y fue dictada por el estudiante del Doctorado de Ciencias Sociales y Estudios Territoriales de la ULagos, encargado de la Biblioteca del Programa de Ciencias Humanas, Miguel Ángel Sepúlveda, trabajo con el que obtuvo su título de profesor en educación media, mención historia y geografía en la ULagos, bajo el título ¨Cómo sobrevivir a una dictadura. Mecanismos de resistencia en la ciudad de Osorno, 1973-1990)¨.
El profesor Sepúlveda hizo una contextualización general del período a nivel nacional, detallando los mecanismos de poder y control empleados durante el régimen militar, y que se encontraban en un plano “oficial”, al ser ellos quienes dominan las relaciones de poder, son los mismos quienes establecen, discriminan, consensúan lo “legitimo” o lo “ilegitimo”, lo “correcto” o lo “incorrecto”, lo “debido” y lo “no debido”, apoyándose además en el uso de la violencia legitimada en el estado.
Los mecanismos de poder y control de mayor crudeza y mayor impacto en la sociedad fueron las vejaciones asociadas al cuerpo del sujeto como la tortura y muerte, que fueron ocultadas, desmentidas y muchas veces disfrazadas.
Como una segunda categoría está la manipulación cognitiva del sujeto, a través de la propagación ¨del discurso oficial” en los medios de comunicación o la figura del infiltrado, quien podía generar una desconfianza “psicótica” entre los sujetos, incluso de una misma comunidad o un mismo grupo.
Se abocó también a las estrategias de resistencia adoptadas, como la música de Inti-Illimani, Congreso, Schwenke & Nilo, que eran difundidas (clandestinamente) bajo una lógica de rechazo a la dictadura, así, a través de ella, se logró expresar buena parte del descontento. Asimismo, se realizaron intervenciones musicales en mítines, protestas, se crearon “festivales de la canción¨, pero su máxima expresión, sin lugar a dudas, fueron las peñas folclóricas, que representaron una clara expresión de protesta política, el principal escenario de ésta fue el FREDER (Fundación Radio Escuela para el Desarrollo Rural).
La música no solo fue una forma de expresión, sino también se transformó en un “código” para aquellos que buscaban transmitir mensajes ocultos. Con el tango «cantando», de Alfredo de Angelis se llamaba a las radios locales y se enviaba “saludos”, quienes pertenecían al disuelto partido socialista, sabían que era “hoy reunión, en el lugar de siempre, a la hora de siempre”.
Publicado por: Catalina González Tringa