Investigadora aborda el impacto de las influencias sociales y familiares en las prácticas de alimentación infantil
Sede Santiago
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  • La investigadora del Centro para la Prevención y Control del Cáncer (CECAN-PUC) y especialista en salud pública, Dra. Cecilia Prieto, se presentó en el ciclo de conversatorios que organiza el Grupo de Estudios Sociales sobre Alimentación (GESA).

 

Este 20 de marzo se llevó a cabo en la Sede Santiago de la Universidad de Los Lagos la primera sesión del año del Grupo de Estudios Sociales sobre Alimentación (GESA), instancia colaborativa que reúne a investigadores e investigadoras de la Universidad de Los Lagos, la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica.

En esta ocasión, la ponente principal fue la investigadora del Centro para la Prevención y Control del Cáncer (CECAN-PUC) y especialista en salud pública, Dra. Cecilia Prieto Bravo, cuya línea investigativa se enfoca en las inequidades sociales relacionadas con la alimentación en niños, niñas y adolescentes.

La jornada comenzó con una introducción de la moderadora, Jael Goldsmith, quien destacó la trayectoria de la Dra. Prieto, incluyendo su formación académica, que abarca un doctorado en Ciencias de la Salud Poblacional en la Universidad en Edimburgo, Escocia, y su compromiso con la investigación sobre las intersecciones entre la salud y las inequidades sociales.

Contextualización

La Dra. Prieto, recientemente regresada a Chile, inició su presentación “Influencias del entorno social y familiar en las prácticas de alimentación de niñas y niños diagnosticados con sobrepeso y obesidad: barreras e inequidades”, profundizando en el sobrepeso y la obesidad infantil, un fenómeno que afecta a más del 50% de los niños en Chile, según datos de la JUNAEB (2022).

En su exposición, la Dra. Prieto puso en duda las soluciones tradicionales que se ofrecen desde los enfoques de salud pública, que usualmente se centran en el desequilibrio energético -entre calorías consumidas y gastadas- y las campañas para promover estilos de vida saludables. La investigadora resaltó que estos enfoques, aunque bien intencionados, no logran abordar las profundas desigualdades socioeconómicas que afectan el acceso a alimentos saludables, particularmente en comunidades vulnerables.

En su análisis, también criticó el uso del índice de masa corporal (IMC) como principal indicador de obesidad, argumentando que este enfoque ignora factores importantes como la genética y las condiciones sociales de los niños.

Hallazgos: prácticas alimentarias

Luego, la Dra. Prieto compartió los resultados de su investigación cualitativa, realizada en las comunas de La Pintana y Puente Alto, sobre las prácticas alimentarias de niños diagnosticados con sobrepeso y obesidad y sus cuidadores. A través de entrevistas online con 34 niños y sus madres, la investigadora halló que las prácticas alimentarias están fuertemente marcadas por la preocupación por el peso y la imagen corporal.

Precisó que las madres tienden a controlar estrictamente las porciones y restringir alimentos considerados “dañinos”, lo que genera preocupación y ansiedad en los niños y una relación poco saludable con la comida.

Asimismo, expuso cómo las dinámicas familiares y las limitaciones económicas influyen en las decisiones alimentarias. “Durante la pandemia, muchas familias enfrentaron dificultades para acceder a alimentos saludables debido a los altos costos, lo que llevó a las madres a optar por opciones más económicas pero menos nutritivas”, sostuvo. Además, destacó la influencia de los abuelos en las decisiones alimentarias, lo que añade una capa de complejidad a las dinámicas familiares.

Reflexiones y propuestas

Al concluir su presentación, la Dra. Prieto subrayó que para abordar eficazmente los problemas relacionados con el sobrepeso y la obesidad infantil, es fundamental entender las experiencias y perspectivas de los niños y niñas que viven estas realidades. La investigación evidenció que las prácticas alimentarias y de salud no pueden ser comprendidas desde una única perspectiva, sino que deben considerar las diversas visiones tanto de los niños como de sus cuidadores.

A su vez, remarcó que la intervención de la salud pública debe ir más allá de la información básica sobre hábitos saludables, que ya está ampliamente disponible. “Es necesario diseñar políticas que consideren los determinantes sociales de la salud, como las condiciones de trabajo, el acceso a alimentos frescos y saludables, y el tiempo disponible para preparar comidas”, indicó.

También sugirió que medidas estructurales, como la promoción de ferias libres o la reducción de la jornada laboral, podrían ser pasos importantes para mejorar el bienestar de las familias y facilitar decisiones saludables.

Por último, puntualizó que el foco en el peso “ha llevado a la estigmatización de los niños y las madres, lo que no solo afecta la salud mental, sino que también perpetúa una visión simplista de los problemas relacionados con la obesidad”. Agregó que en lugar de promover la responsabilidad individual, se debe reconocer la importancia de los factores sociales y familiares que determinan las decisiones sobre alimentación y salud.

La presentación de la Dra. Prieto se puede revisar en este link.

Publicado por: Andrés Zanetti