• El director nacional presentó su más reciente producción “Cabros de Mierda” en el Cine Club de la Universidad de Los Lagos y pudo intercambiar opiniones con el público que asistió al estreno.

Como algo “natural” y “necesario” calificó Gonzalo Justiniano la difusión cinematográfica que se está realizando en la Universidad de Los Lagos gracias al Cine Club desde 2017. El realizador de películas como “Sussy” y “Caluga o Menta” destacó la importancia de estos espacios para la conversación sobre cine y el contexto en el que surgen las películas.

Justiniano fue el primer director de un total de ocho que participarán en el proyecto del Fondo de Fomento Audiovisual que ejecuta la Academia de Arte y Cultura. En ese contexto, el jueves 02 de agosto se realizó la exhibición de “Cabros de Mierda” ante un Aula Magna a toda su capacidad.

“Esta es una película que la hice después de que vi en el Museo de la Memoria algunas imágenes que grabé a principios de los años 80 en la población la Victoria. Hacía muchos años que no las veía y me sorprendieron. Eso me llevó a escribir esta historia que también es mi historia, porque estuve ahí y vi todo lo que pasó”, comentó Justiniano.

“Muchas veces se dice que ya está todo contado sobre esa época, que es innecesario volver sobre el tema porque se reabren heridas. A mí me parece todo lo contrario, siempre se necesita estar recordando lo que ocurrió en Chile para que no vuelva a pasar y hay gente que aún no ha visto o no cree lo que hicieron”, añadió.

“Esta es una aproximación a la historia desde la emoción, con personajes de ficción basados en personas que conocí, como Gladys, Samuel o Vladi. Esa es la forma que tengo de hacer que la gente conozca, a través de la emoción, del corazón”, sostuvo el director.

Para el público la jornada fue memorable y agradecieron la presencia del director. “Me encantó la película, para mí es un regalo poder disfrutarla con mis hijos, porque yo viví esa época y esta es la mejor forma de que ellos conozcan la historia de su país”…

“Aún estoy recuperándome de la emoción. Todo lo que vi en la película lo viví de muy cerca. Me impactó lo real de la recreación de una época, de un modo de vivir, perseguidos, asustados, con tantos horrores a plena luz del día. Gracias al director y a la Academia de Arte por esta excelente iniciativa”, opinó Juan Carlos García, asistente a la función.