Cristina Oyarzo Mansilla se encuentra realizando su práctica profesional en la Escuela Ines Muñóz de García de Castro tras haber cursado la carrera Técnico Universitario en Educación Parvularia en la sede Chiloé y el Programa de Prosecución de Estudios en Educación Parvularia en el Campus Osorno.
¿Por qué decidiste estudiar Educación Parvularia en la ULagos?
Desde la adolescencia me ha gustado mucho el trabajo con niños y niñas, por lo que fue una decisión desde temprana edad. Vi que la Universidad de los Lagos tiene a disposición la carrera y al estar presente en la isla se me hizo muy cómodo estudiarla. Además, es una carrera muy significativa e importante para mí, teniendo en cuenta que igual tengo una familia detrás que ejerce en educación, por lo que siempre me llamó la atención.
¿Cómo es la experiencia de trabajar con niños y niñas? ¿Sientes que de alguna forma el aprendizaje que tu entregas también lo recibes?
A lo largo de este proceso he tenido muchas prácticas en sala donde cada una de ellas siempre ha sido muy significativa, pero aún así siento que ésta, siendo mi práctica profesional, ha sido aún más enriquecedora, ya que la instancia de estar presente con los niños y niñas ha sido constante. Al llegar a la sala uno siente que tomó la mejor decisión y me siento feliz de ejercer esta carrera y haberla podido encontrar acá en Chiloé.
¿Tienes algún recuerdo de tu experiencia formativa que más te haya marcado?
A mí siempre me llamó la atención la lengua de señas. De hecho, buscaba cursos y siempre iba más allá y un un día en sala, cuando estábamos conociendo los instrumentos musicales con los niños y niñas, estaba la educadora y me dice que le preste un globo y le pasamos el globo a un niño con hipoacusia y al momento de que él sentía la vibración de la guitarra, él solo con su cuerpo y con sus manos, empezó a hacer el ritmo de la guitarra. Fue un momento muy significativo, ya que fue muy enriquecedor y creo que para él fue igual la primera instancia de sentir esas vibraciones a través del globo. Y ahí tuve una felicidad muy grande. Llegué a mi casa con tremenda emoción al ver ese momento tan significativo, tanto para él como para mí.
¿Qué consejo le darías a una futura/o educadora de párvulos?
Muchos dicen que hay que tener paciencia. Lo que yo digo es que hay que tener vocación porque es lo más importante. Ya que al tener la vocación, uno es capaz de poder entregar aprendizajes significativos a los niños y niñas. Más que nada, hacerlo por amor y no por lo que puedas recibir a futuro. Pero es una muy linda carrera, y espero que el estudiante que elija esta carrera realmente lo haga con vocación y por querer enseñarle de buena manera a nuestros niños y niñas.
Publicado por: Marcelo Águila Sandoval