Como un gesto “inesperado y cariñoso” calificó la escritora ancuditana Rosabetty Muñoz (60) el sentido homenaje que ofreció la Universidad de Los Lagos por 40 años de trayectoria como profesora de castellano y ser una de las mayores exponentes del movimiento literario del archipiélago de Chiloé que ha trascendido a nivel nacional e internacional.
“El arte nos hace menos bestias” repitió más de una vez Rosabetty Muñoz. Las palabras grabadas a fuego en su memoria salieron de la boca de un estudiante en uno de los tantos “Talleres Mistral”, una instancia que permite conectar las memorias y biografías a través de la escritura y la poesía. “El arte nos hace menos bestias” le resuenan con más fuerza frente al individualismo reinante que todo lo inunda.
“Soy chilota orgullosa, a los 17 años publiqué mis primeros poemas en un libro editado en Santiago por un colectivo que con una generosidad enorme me pidió mis poemas y gracias a ellos, mi trabajo llegó al extranjero. Se puede decir que tuve un inicio prometedor”, ríe.
El Rector Oscar Garrido Álvarez la escucha atento en la primera fila del Aula Magna junto a la plana directiva del plantel y a un centenar de estudiantes, académicos y funcionarios que lo acompañan. El Rector la saluda con confianza desde el escenario. Rosabetty es además Consejera Superior de la Universidad desde 2022.
Lee su vasto currículum, “ganadora de los premios Pablo Neruda, Premio Consejo Nacional del Libro de Chile, Altazor, Premio Regional de Arte y Cultura, Manuel Montt de la Universidad de Chile y el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, entre otros”.
Pero lo que más reconoce el Rector es la potencia que tuvo su voz en los momentos duros de la dictadura. Una joven poeta del archipiélago que tuvo la fortaleza junto a otras y otros escritores, de denunciar los abusos, las injusticias y los dolores de quienes querían callar a quienes pensaban distinto.
“Una reserva de sentido”
Rosabetty ha escrito, entre otros títulos, En lugar de morir, Hijos, Sombras en el Rosselot, Ratada, Ligia, Técnicas para cegar a los peces, Misión Circular y La Voz de la Casa, su última publicación. En todos ellos ha volcado su vocación de pensar en cambios de paradigma: se mueven los centros y se pone atención a lo que queda fuera de la tan mentada globalización, relevando la poesía de provincia.
“¿Qué es Chiloé para usted?”, preguntó uno de los alumnos del Colegio Artístico Santa Cecilia. “Para mí Chiloé es todo. Es mi biografía, mi inspiración, la posibilidad de soñar en realidades más allá de la razón. Chiloé es un espacio de solidaridad, donde todavía las comunidades están conectadas. Pero por sobre todo, Chiloé es una gran reserva de sentido, algo que en todos lados parece perderse, allá aún existe”.
“Para la universidad estatal y regional es importante reconocer, a través de este homenaje, a los y las artistas quienes han resistido desde el sur y han sido un aporte al desarrollo cultural desde el sur y de manera activa. La Universidad de Los Lagos reconoce y valora los nuevos medios de producción, difusión, circulación y crítica”, ratificó el Rector Garrido en su alocución previo al reconocimiento que le entregó junto al Subdirector de Arte, Cultura y Patrimonio, Sergio Trabucco Zerán, que la acompañó en el diálogo, y las Directoras de Vinculación con el Medio y de la Academia de Arte y Cultura, Carolina Fernández y Gladys Moreno.
El 30 de octubre, la poeta donará un maletín abandónico a la Biblioteca del Colegio Santa Cecilia como un gesto de agradecimiento por la participación de los tres cursos que asistieron a su homenaje. Dicho maletín tiene los textos de sus compañeros poetas del Colectivo de Escritores de los Pueblos Abandonados.
