La doctora Olga Barbosa, seremi de Ciencia, Tecnología Conocimiento e Innovación de la macrozona sur, bióloga y doctora en Ecología, fue la encargada de inaugurar el ciclo de “Diálogos entre ciencia y sociedad en el contexto de la pandemia”, organizados por el Centro i~mar de la Universidad de Los Lagos.

Por medio de una transmisión en vivo, vía plataforma Facebook Live, la doctora Olga Barbosa participó en una conversación conducida por los doctores Daniel Varela y Cristian Canales, ambos investigadores de i~mar.

• ¿Qué le ha pasado al quehacer científico con la pandemia?

“Hay como un desacople en los tiempos entre la ciencia y la toma de decisiones; en la forma cómo nos comunicamos. Hay mucha ansiedad por cooperar y eso hay que ordenarlo y ser cuidadosos, porque estamos irrumpiendo en el sistema político estatal. Antes no había canales de participación tan vinculantes, entonces, a partir de la crisis social y el Covid-19, hemos tenido que actuar con mucha rapidez”

“Con esta dificultad de comunicación, tenemos que aprender a ser más humildes para lograr poner la evidencia científica sobre la mesa. Pero cuando ocurre hay resultados positivos. Participamos en un comité de toma de decisiones y como científicos, tenemos la ventaja de mirar como un ecosistema. Desde el punto de vista de la estrategia, se genera una relación virtuosa y ha sido un aporte. También en la capacidad de gestión la mirada científica ha sido importante. Por ejemplo, sabemos antes que el resto cuando los insumos no van a llegar, por la experiencia diaria de trabajar en laboratorios. Si bien es un desafío tremendo, tenemos una ventaja en esta pandemia y eso también nos expone frente a la opinión pública”.

• ¿Cuál es el futuro de la ciencia en la región, después de la contingencia?

“En las regiones tenemos un problema porque se adjudican menos proyectos. Esperamos que se solucione con seremis y ministerios y creando incentivos para la región. Pero estamos al debe con el financiamiento. Es un sesgo que debería desaparecer con la forma de evaluación ciega, que ahora se está implementando”.

“Tenemos otro tema, que tiene que ver con cómo comunicamos y nos comportamos socialmente. Tenemos una forma de expresar nuestros resultados, que no es la misma con cómo se toman las decisiones. La comunidad científica tiene poca práctica en el ejercicio de lograr acuerdos, enfatizamos nuestros resultados y no llegamos a acuerdo. Cometemos torpezas, pero resulta que los nuevos somos nosotros y debemos aprender a ser más estratégicas/os. Yo esperaría que después del Covid podamos plantearnos más estratégicamente. Una ciencia post covid no debería ser ajena a la gente”.

“Últimamente, se lanzó el “Fondo COVID- 19”, que son 2 mil 300 millones para investigación rápida en todas las áreas, para que sean ojalá interdisciplinarios.  Para que compitan los antiguos y nuevos investigadores y la gente de innovación. Acá lo más importancia es la pertinencia y la factibilidad en un año, eso es un cambio radical, que se adapta a las necesidades y hace que esté al servicio de las personas”.

• Sobre la discriminación de género

“Estamos estudiando las diferencias de género en las regiones. Si tomamos una decisión en términos de equidad debe estar fundamentada. Sí hemos visto que se acentúa. Según datos de Fondecyt hay una tasa de adjudicación significativamente menor en mujeres, en algunas disciplinas”.

“Durante los últimos 10 años las mujeres postulan menos que los hombres. Dado que sabemos que las regiones tienen una tasa de adjudicación menor, debemos ver qué relación hay entre género y adjudicación. Hay mucho que descubrir ahí, por ejemplo, cuáles son los mecanismos para que una mujer avance poco en la carrera científica. En 70 años la brecha de género no ha cambiado y debemos encontrar las soluciones para que no haya esa brecha”.

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