Emociones encontradas se vivieron en la despedida de un grupo de directivos, académicos y funcionarios, que dijeron adiós a la vida laboral en la Universidad de Los Lagos, y que fueron homenajeados por la casa de estudios.
En la ocasión y en el marco de las leyes de incentivo al retiro para las Universidades Estatales, ley Nª 20.996, para los funcionarios no académicos (técnicos, administrativos y auxiliares) y ley Nª21.043, para académicos, directivos y profesionales no académicos; 18 funcionarios de la ULagos, se acogieron a retiro de acuerdo a los cupos asignados por el Ministerio de Educación.
En este contexto, fueron reconocidos con un almuerzo y un galvano en su honor, por el Rector, Óscar Garrido, miembros del equipo directivo, y la Dirección de Gestión de Desarrollo Humano, encabezada por Liliana Sáez y su equipo, en retribución a toda la dimensión humana y profesional entregada a la institución.
Quienes dijeron adiós a la institución, estuvieron acompañados en todo el proceso por la coordinación de Jubilación y LIR, de la Dirección de Gestión de Desarrollo Humano, siendo orientados en la Ley (de incentivo al retiro), que busca otorgar una bonificación adicional por retiro de personal académico y profesional de las universidades del Estado.
Apoyo psicológico y social
Los ex funcionarios, destacaron la labor de la Dirección de Gestión del Desarrollo Humano, que a través de su Coordinación de Jubilación LIR y su equipo Psicosocial, trabajaron en el acompañamiento y asesoramiento de los procesos para acogerse a retiro, que se inician un año antes de cumplida la edad legal de 65 años para los hombres y 60 años para las mujeres.
Lo anterior, implica evaluar las distintas variables que esto con lleva, es decir, el apoyo psicológico y social, talleres de acuerdo a las necesidades, facilitándole toda la información acerca de los beneficios y prestaciones que forman parte del sistema de protección social del país.
El personal de colaboración forma parte de la base organizacional que prepara el camino para que académicos, funcionarios y alumnos desarrollen su trabajo.
En tal sentido, Juana Pérez, coordinadora de Jubilación Lir, manifestó su agradecimiento, por la “valiosa labor de toda una vida al servicio de la universidad; 35, 40, 45 y 50 años de servicios, donde cada una de las personas que se acogieron a retiro, conocieron los distintos procesos, trabajaron durante años, vieron nacer nuevos proyectos, conocieron grandes amigos y presenciaron como la institución ha ido creciendo y desarrollándose”, enfatizó.
La profesional agregó que “es importante destacar que este retiro no sea motivo de distanciamiento, sino motivo del surgimiento de un nuevo vínculo que nos mantenga en contacto a través de nuestra institución”, destacó.
Testimonios
Erich Rudolph , que se desempeñó como académico en los Departamentos de Ciencias Biológicas y Biodiversidad, comentó acerca de momento que está viviendo: “Me parece una etapa interesante e importante, sobre todo para una persona que ha dedicado a la universidad, gran parte de su vida académica y creo, que en esta etapa de muchas dudas, hemos sido muy bien asesorado por los profesionales de la LIR, lo que me permite entrar con relativa calma a la etapa que se inicia, como es pensionarse y buscar lo mejor para uno. Este es un cambio de vida, pero no es el final de la vida, es el inicio de una nueva etapa y desde esa perspectiva hay que mirarlo, hay que ser positivos y mirar con optimismo”, aseguró.
Gran parte de su vida estuvo Ana Molina, en Secretaría General de la ULagos, y explicó que “estoy con sentimientos encontrados. Creo que estoy en el momento de jubilarme, de retirarme, de descansar un poco, pero también vivo la emoción, porque son 38 años que llevo en la universidad. Son muchas cosas que uno deja acá, que recuerda con mucho cariño. Es un poco extraño este momento” y agrega que “la despedida ha sido muy emotiva, se ha demostrado harto cariño y es un momento especial”, indicó emocionada.
Hay sentimientos encontrados, dijo Arturo Rubio, quien fuera director de la Biblioteca Central del Campus Osorno, “por un lado, la satisfacción de haber aportado un grano de arena en lo que hoy día es la Universidad de Los Lagos, pensando que llegué el año 2002 a trabajar y hoy, hay una clara diferencia. Podemos constatar lo que es una universidad estatal y regional y esto nos llena de orgullo. Y también haber sido parte de una institución que en la actualidad es reconocida como una universidad estatal por la gente de Osorno y la región. Pudimos hacer un pequeño aporte, lo que nos llena de orgullo, de tranquilidad por el deber cumplido”, señaló.
Felizmente, agrega, “los hombres nos hacemos de relaciones y queda mucha gente con la cual no nos vamos a ver todos los días, no nos vamos a encontrar y compartir en un café, ni participar en reuniones, para provocar mejores cambios, porque el ser humano es social y nos regocijamos en la alegría del otro, esto va a bajar en la intensidad”.
“El cariño lo vamos a atesorar y voy a profesar los mejores momentos que tuve con las personas que compartí en la universidad, lo que nos va ayudar a continuar. Porque efectivamente vamos a dejar de trabajar en la universidad, pero si queremos dar todo lo que es posible a esta sociedad para que cada día sea mejor, seguiremos entregándolo”, expresó muy inspirado.
