El voleibol es un deporte para divertirse, aprender y ejercitar. Favorece la convivencia, mejora el estado de ánimo, reduce el estrés, fortalece la confianza en sí mismo, ayuda en la autoestima, la coordinación, la rapidez de reflejos y la concentración.
Para estudiantes y docentes de la carrera de Pedagogía en Educación Física es fundamental compartir éstos y otros los beneficios de la actividad física, entre escolares de establecimientos educacionales de la región.
Es por esta razón que en el marco de la asignatura de Didáctica de los Deportes Colectivos, estudiantes de la carrera realizaron una clínica de voleibol en establecimientos educacionales de la comuna de Maullín. “La idea es que los y las estudiantes de la carrera compartan lo aprendido en clases, porque para nuestro programa de estudios es fundamental conocer el territorio y entregar conocimientos con la comunidad”, comentó Guillermo Laclote, director docente de Pedagogía en educación Física.
En este contexto, un total de 50 escolares de Maullín participaron en la clínica de voleibol, donde aprendieron fundamentos básicos de la disciplina deportiva. Asimismo, participaron jóvenes y adultos asistentes, en el contexto de formación de un club deportivo de voleibol.
VOLEIBOL
El voleibol es una disciplina con una historia de más de 127 años, vigente y viable para practicarla en el Colegio. Este deporte de conjunto fue inventado por el profesor de Educación Física William G Morgan, en 1895 en la Universidad YMCA (Asociación Cristiana de Jóvenes).
Originalmente se llamaba Mintonette, se hizo popular por sus características, ya que se podía jugar en espacios reducidos y cerrados. Para 1964 fue reconocido como deporte olímpico en Tokio.
El voleibol, un deporte que combina rapidez, fuerza y estrategia, ofrece numerosos beneficios físicos para quienes lo practican regularmente.
Mejora de la condición cardiovascular
El voleibol es una actividad de alto ritmo que incrementa la frecuencia cardíaca, promoviendo así una mejor salud cardiovascular. Durante un partido, el constante movimiento de correr, saltar y golpear la pelota contribuye a fortalecer el corazón, mejorando la circulación sanguínea y aumentando la capacidad pulmonar.
Fortalecimiento muscular
Practicar voleibol implica un trabajo integral de varios grupos musculares. Los movimientos repetitivos de golpear la pelota fortalecen los brazos, hombros y pecho, mientras que los constantes saltos y desplazamientos laterales tonifican los músculos de las piernas, glúteos y abdomen.
Mejora de la coordinación y agilidad
El voleibol requiere una excelente coordinación mano-ojo y reflejos rápidos para golpear correctamente la pelota y reaccionar a los movimientos del equipo contrario. La práctica regular de este deporte afina estos aspectos, mejorando la capacidad del jugador para realizar movimientos precisos y ágiles.
Flexibilidad y balance
Aunque a menudo menos mencionado, el voleibol también contribuye a mejorar la flexibilidad y el equilibrio. Los jugadores deben realizar una amplia gama de movimientos, desde estiramientos para alcanzar la pelota hasta mantener el equilibrio en posiciones inestables. Estas acciones fomentan una mayor flexibilidad en las articulaciones y músculos.
Publicado por: Paulina Ossa Magaña