Se trata de Camilo Chacón Sartori, ex estudiante de las carreras de Técnico de Nivel Superior en Informática e Ingeniería en Ejecución en Informática de la Universidad de Los Lagos Sede Chiloé y que actualmente cursa un doctorado en Informática en el Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIA-CSIC) de la Universidad Autónoma de Barcelona, en España.
¿Cómo fue tu experiencia universitaria y cómo nació tu interés por la programación?
“Siempre me he considerado autodidacta. Desde niño leía mucho y aprovechaba lo que encontraba en Internet. Incluso, cuando recién comenzaban a aparecer los cursos en línea y fue así como aprendí programación por mi cuenta. Cuando llegaba a asignaturas como programación, base de datos o sistemas operativos, ya tenía conocimientos previos que me ayudaron bastante. Sin embargo, hay materias como administración de empresas que no me gustaban nada y sufría bastante”.
En tus redes sociales te defines como un “Informático Humanista”, ¿qué significa para ti este término y cómo se refleja en tu trabajo e investigaciones?
“Para mí significa el interés por la informática unido a una profunda conexión con el arte, la lectura y la escritura, siendo áreas que he cultivado desde pequeño. Considero que la escritura no solo es una forma de comunidad, sino también de pensar y de conocerse mejor a uno mismo. Es así como esta perspectiva humanista coexiste con mi pasión por la informática. Un ejemplo de esta idea lo encontré en el libro Gödel, Escher y Bach, donde el autor explora cómo la lógica matemática, el arte y la música comparten principios que también están presentes en la informática”.
Camilo es autor de los libros “Computación y Programación Funcional”, “Mentes Geniales” y “Principios de programación”. Además, es el creador del podcast “Había una vez un algoritmo”, donde trata temas técnicos, científicos y filosóficos relacionados a la informática.
Sobre tu investigación actual en el doctorado, ¿cómo ves el futuro de las áreas en las que trabajas como la inteligencia artificial?
“En mi investigación de doctorado me dedico a trabajar con algoritmos de optimización. La idea es maximizar o minimizar bajo ciertas restricciones. Por ejemplo: si tengo 100 libros que quiero comprar, pero solo cuento con 100 mil pesos tengo que optimizar los recursos para poder comprar la mayor cantidad de libros sin superar el presupuesto. Algunos problemas permiten encontrar la mejor solución usando métodos exactos, pero hay otros más complejos que, aunque existan supercomputadoras, no se pueden resolver en un tiempo razonable”.
¿Cuál es tu visión general sobre el papel de la tecnología en la sociedad actual y futura?
“Ahora estamos en un punto de inflexión donde la inteligencia artificial ha pasado de ser un área conocida por los investigadores desde hace décadas a algo que cualquier persona puede utilizar a través de herramientas como chat GPT. Antes las ocupamos de manera más implícita como cuando Amazon nos recomendaba libros o Netflix nos sugería series. El papel de la tecnología depende de cómo integramos estas herramientas porque estarán presentes, nos guste o no, porque si son útiles persistirán”.
Una vez terminado los estudios en la Universidad de Los Lagos, Camilo se instaló en Santiago para continuar la Ingeniería en Informática. Después de varias oportunidades, terminó trabajando en Telefónica y allí, por azar, surgió la posibilidad de migrar a Barcelona gracias a una beca del Estado español.
¿Qué te impulsó a continuar tu formación y qué recomendación le darías a las y los estudiantes que están considerando seguir una carrera en investigación, ya sea en informática o en cualquier otra área?
«Cuando yo estaba en la Universidad no imaginaba que terminaría haciendo un doctorado o viviendo en España, pero siempre tuve claro que era muy curioso e independiente desde pequeño. Estas dos características fueron clave para impulsarme a buscar nuevas oportunidades. Un consejo es que mantengan la curiosidad y la pasión por lo que hacen. Las grandes cosas no suceden de la noche a la mañana, requieren de esfuerzo diario como la escritura, que es un proceso lento, pero que con constancia da resultados. Además, es importante no dejarse llevar por las expectativas de los demás porque uno siempre debe tener la ambición de seguir su propio camino, aunque a veces no sea el más fácil o común».
Escrito en colaboración con Marcela Sánchez y Diego Coria
Publicado por: Marcelo Águila Sandoval