Los rostros y actitudes evidenciaban la emoción y el nerviosismo del momento que vivirían. Ellas eran la generación post pandemia que alcanzó sus sueños y metas. Junto a sus familias y profesores que las acompañaron en la incertidumbre de esos difíciles días de la virtualidad, finalmente estaban ahí. En la ceremonia de Titulación de la carrera de Educación Parvularia 2020-2021 de la Universidad de Los Lagos, en que de manera simbólica, como profesionales, recibieron la constancia de su título y el delantal de trabajo por parte de sus familiares.
En este contexto y haciendo un poco de historia, la carrera de Educación Parvularia surgió bajo el alero de la Universidad de Chile en 1971, siendo la sede Osorno la primera escuela formadora de Educadoras de Párvulos en la Región.
Producto de los cambios acontecidos en el sistema de educación superior del país, la antigua sede de la Universidad de Chile se transforma, en un primer momento en el Instituto Profesional de Osorno (1981) y, posteriormente, en la Universidad de Los Lagos (1994). En este escenario, la carrera de Educación Parvularia ha permanecido vigente durante 51 años, asumiendo los desafíos formativos acorde a las necesidades educativas locales, regionales y nacionales.
En este contexto la directora docente de la carrera de Educación Parvularia, Carolina Florin Soto, analizó la ceremonia con una “evaluación positiva desde el punto de vista del cierre de un proceso formativo de manera simbólica para nuestras estudiantes y sus familias. El primer pilar fundamental de ellas son sus familias que hoy, al estar de manera presencial, pudieron compartir este cierre de proceso alterado pero superado por ellas como fue la pandemia. Para nosotras como profesoras también es un aliciente saber que estamos culminando un ciclo formativo”, afirmó.
Daniela Hernández, quien recibió su constancia que la acredita como Educadora de Párvulos, manifestó estar “muy emocionada ya que ha sido un proceso diferente después de haber vivido el momento más difícil de la pandemia, por lo que el hecho de volvernos a encontrar con mis compañeras ha sido enriquecedor, y la ceremonia la viví con toda la emoción de haber finalizado una etapa importante de mi vida, y comenzado otra en la que ya he participado en el mundo laboral”, sostuvo.
Compartiendo el mismo proceso que su compañera Daniela, Daniela San Martín comentó que la ceremonia tiene el significado de “cerrar ciclos, ya que todo proceso que se inicia necesita un cierre y nosotras necesitábamos una finalización del proceso junto a nuestras familias y docente”, destacó.
