A partir de este lunes 16 de mayo y hasta el 3 de junio estará abierto el primer concurso de relatos cortos que busca visibilizar la diversidad sexual y de género en un máximo de 250 palabras.
¿Cómo nos hacemos cargo de los cambios sociales, las nuevas identidades y el fomento del respeto y aceptación a la diversidad sexual y de género? Una forma efectiva es poniéndonos en la piel de quien sufre o ha sufrido discriminación, por eso el Centro de Formación Integral, la Academia de Arte y Cultura, el Departamento de Humanidades y Arte y la Dirección de Igualdad de Género, se unieron para convocar al primer concurso de microcuentos “Una historia en 250 palabras”. Con ello se busca abrir espacios de expresión, fomento literario y comprensión de lo que significa hoy identificarse con un género no binario, con miras a la celebración del mes de la diversidad.
Todos los estudiantes de pregrado, ya sea de carreras universitarias o técnicas podrán escribir y enviar sus relatos al formulario web adjunto, previo lectura de bases que explica el formato, suscripción de autoría, plazos y autorizaciones de publicación.
Finalizado el plazo de recepción se elegirán 3 microcuentos ganadores, los cuales, junto a los demás textos presentados que cumplan con los requisitos de la convocatoria, serán publicados en un libro digital.
Claudia Saldía Álvarez, Coordinadora de la Competencia Comunicación en el Centro de Formación Integral, señaló que “la convocatoria al concurso de microcuentos se impulsa con el objetivo de visibilizar la diversidad de género desde la perspectiva del estudiantado ULagos, constituyéndose como una acción institucional en la que colaboran distintas unidades académicas con la finalidad de reconocer la existencia en nuestras aulas y espacios laborales de identidades sexuales que se encuentran fuera de las heteronormas”.
Por su parte, el docente del Centro de Formación Integral, Patricio Cuevas Astudillo manifiesta que “esta actividad se puede considerar como un pequeño acto de reparación respecto a las distintas situaciones de vulneración de los derechos de personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQA+ han sufrido y permite colaborar en forma activa en la construcción de espacios seguros para todas, todos y todes independiente de su identidad de género permitiendo visibilizar a aquellos grupos que históricamente han sido marginados. A la misma vez, nos permite acercarnos a nuevas formas de educar: entregando el rol protagónico a la voz del estudiantado, permitiendo que expresen sus emociones, acciones creativas, reflexiones sobre su lugar en el mundo y el cuestionamiento de sus propias experiencias”.
Como señala Val Flores, escritora, maestra lesbiana y activista LGTB argentina, esta acción permite provocar desde las prácticas educativas y pone en riesgo para realizar otra educación. Una labor educativa abierta, afectiva, extraña y curiosa que permite ir más allá de lo formal, permitiendo entregar a todos, todas y todes la posibilidad de ser-existir.
Publicado por: Diego Gerter