Afirmó Luna Subiabre Johnson en la “Relatoria: Identidades de género e identidades trans y su abordaje en el aula”, organizada por la Dirección de Inclusión de Género ULagos.
Si algo quedó claro después de la relatoria Identidades de Género e Identidades Trans y su Abordaje en el Aula, a cargo de Luna Subiabre Johnson, profesional trans adscrita a la Dirección de Inclusión de Género ULagos, es que no es necesario que exista una ley de identidades de género, para respetar a una persona, sea cual sea su identidad sexual.
No obstante, la masiva audiencia presente en el Auditorio ubicado en Guillermo Gallardo, compuesta principalmente por docentes y estudiantes de la carrera de Pedagogía en Artes, visibilizó el urgente interés por abordar el tema desde un enfoque pedagógico, como una necesidad prioritaria, para quienes están siendo formados/as como profesores/as y deberán enfrentar a comunidades de estudiantes niños, niñas y adolescentes al interior de sus comunidades educativas.
En la exposición, la profesora de Lenguaje hizo énfasis en la violencia que viven menores y adolescentes trans, lo que deriva en lo que se conoce como Disforia de Género. Ésta se expresa con gravedad en la autodestrucción, en la deserción escolar, en la falta de oportunidades laborales, lo que puede traducirse en un problema de salud mental, en estas personas históricamente violentadas.
¿Pero qué es ser “trans”?
“Somos las que rompemos con la rigidez cis normativa de género, de la identidad de género asignada al sexo biológico. Habitamos un género propio, una identidad propia, es una autodeterminación, un sentir y una construcción. Habitamos una gran diversidad de identidades”, explicó Luna Subiabre.
Por oposición, la expositora detalló que el término “CIS” o “Cisgénero” es una palabra utilizada para describir a una persona cuya identidad de género y sexo asignado al nacer son el mismo. “Se refiere a las personas que están conformes con su sexo biológico e identidad de género, como la contraparte lógica del término trans”, comentó.
En un contexto social donde se jerarquiza a mujeres, niños, niñas y a otras identidades en una categoría inferior, las conductas violentas hacia este grupo de personas se reproducen en el aula y marginan a las personas que se sienten diferentes.
No obstante, existen marcos normativos internacionales que Chile ratificó y que entregan directrices en torno a los tópicos de sexualidad
En el 2013 el Ministerio de Educación (Mineduc) se comprometió en formar en sexualidad y género como una necesidad urgente y prioritaria para la sociedad en conjunto. Dos textos creados en el 2013 por el Mineduc giran en torno a la enseñanza de la sexualidad, afectividad y género.
Asimismo, la oportunidad curricular para educar desde la perspectiva de género nace a partir de la puesta en vigencia de la LGE (2009). Se trató como un objetivo de carácter transversal que podría abordarse desde todas las asignaturas. Sus objetivos están relacionados con la autoestima, la afectividad, espiritualidad, ética, social y sexualidad.
La Ley de Violencia Escolar (2011) busca espacios para promover la buena convivencia, la inclusión y el respeto de los derechos humanos.
En el 2017, el Mineduc entregó una normativa en materia de derechos para niños y niñas “trans”, que no obstante, no es obligatoria.
DEADNAMING
Pero frente a la urgencia de abordar esta realidad en la sala de clases, la experta hizo recomendaciones a la gran mayoría de profesores y profesoras presentes en la audiencia.
Por ejemplo, erradicar el “Deadnaming” o uso del nombre de la persona al nacer. En una persona trans debe evitarse su uso, porque puede ser usado como una agresión o hacer sentir poco apoyo a la persona. Se sugiere preguntar a la persona con qué nombre prefiere ser tratada.
Asimismo, abordar contenidos LGBTIQ+ relevantes y pertinentes adecuados a la edad del estudiantado; Incluir más actividades vinculadas en valores de respeto a los derechos humanos y a la sensibilidad de género; Incorporar una responsabilidad cultural empática considerando la diversidad; Incorporar “trans” académicas y no académicas; Entender la intereseccionalidad y practicarla, desde la concepción del privilegio CIS; Abrir espacios a las voces trans; Formarse en la temática LGBTIQ+; Utilizar términos correctos en el aula, desde la evidencia científica
Recomendaciones que adquieren urgencia al considerar la baja expectativa de vida que tiene una persona trans (45 años), en un contexto de vida hostil, sujeto a la violencia y a la marginación.
Luna Subiabre acotó que quienes quieran conocer más sobre las personas trans, pueden recurrir al “Manifiesto horrorista y otros escritos” (2015) de la autora Claudia Rodríguez o ver el documental “En Tránsito” (Ondamedia) que retrata la experiencia de la académica de la Universidad de Chile, Mara Rita.
“Estamos en una época en que podemos corregirnos y redireccionarnos. Es importante hacer comunidad, en el ejercicio de la pedagogía conocer a los y las estudiantes, sus contextos culturales, sus familias. Aprender a escuchar a quienes tienen opiniones contrapuestas, para entender, sanar, corregir. Aprender, para que niños y niñas crezcan en un espacio seguro”, finalizó la expositora.
Durante la tarde, la relatoría se repitió en el Aula Magna de Chinquihue, con estudiantes y docentes de la carrera de Pedagogía en Educación Física
Publicado por: Paulina Ossa Magaña