- La investigadora y economista de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la U. de Chile presentó la ponencia “Situación y políticas públicas para la pequeña agricultura en Chile: Algunos hallazgos recientes” en el ciclo de charlas sobre política alimentaria organizadas por GEPA y el CEDER.
En el marco del ciclo de charlas organizadas por el Grupo de Estudios de Política Alimentaria (GEPA) y el CEDER de la Universidad de Los Lagos, el pasado 14 de julio la investigadora y economista de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la U. de Chile, Dra. Sofía Boza Martínez, presentó la ponencia “Situación y políticas públicas para la pequeña agricultura en Chile: Algunos hallazgos recientes”.
La doctora en Economía por la Universidad Autónoma de Madrid, dio a conocer los resultados de algunas investigaciones que realizó durante los últimos cinco años sobre la situación actual de la pequeña agricultura en Chile, puntualmente de la agricultura familiar, cómo los agricultores se relacionan con algunas de las principales políticas públicas a nivel nacional y cómo se han visto afectados por la crisis sanitaria.
En el contexto regional, explicó que el “80% de las explotaciones agrícolas en América Latina están en manos de la agricultura familiar. No es así cuando lo vemos en términos de hectáreas, de tamaños de las explotaciones, y en términos de valor de la producción, ahí es más relevante la mediana y la gran agricultura”.
Aclaró que en general, “la fina línea entre la familia, el hogar, el predio agrícola y el reducido tamaño predial son características que normalmente las vemos en la agricultura familiar y en la pequeña agricultura”.
A su vez, precisó que de acuerdo con algunos censos agropecuarios existe una agricultura familiar de subsistencia (65%), de transición (25%) y consolidada (10%). “La agricultura familiar es heterogénea y tenemos distintos grupos dentro de ella y la existencia de esos distintos grupos condiciona los intereses y las características que cada uno tiene”, sostuvo.
Recalcó que “no es totalmente monolítica la agricultura familiar y la pequeña agricultura, hay diversidad dentro de ella y por tanto, creemos que las políticas públicas deben hacerse cargo de la existencia de esos distintos segmentos”.
Asimismo, puntualizó que el acceso limitado a recursos productivos y la precaria inserción comercial desencadenan una serie de efectos en la pequeña agricultura: “tienen una generación insuficiente de ingresos que en muchos países está ligado a la pobreza rural, es decir a situaciones de alta vulnerabilidad, y eso conlleva a que un segmento importante de la agricultura familiar necesite recurrir a otras fuentes de ingreso y que tenga que hacer otras actividades además de la gestión de su propio predio, como por ejemplo, ser temporeros en otros campos o incluso hacer actividades que no tienen que ver con lo agrícola como la construcción”, dijo.
Subrayó que “esa generación insuficiente de ingresos y sobre todo esa volatilidad del ingreso, lleva a que muchos jóvenes migren hacia actividades que ellos consideran más rentables o al menos más estables (…) y eso conlleva a un envejecimiento de los agricultores que al final del día es el principal problema que tenemos a nivel de la pequeña agricultura y es que el promedio de edad es muy elevado y falta generación de recambio”.
Del mismo modo, enfatizó que la pequeña agricultura es la principal proveedora de alimentos frescos y asequibles en los mercados internos a través de los canales tradicionales, “y eso es algo imprescindible para la seguridad alimentaria y nutricional”.
Chile
Respecto a Chile, la investigadora señaló que existe una muy fuerte dualidad sectorial. “La agricultura está marcada por un conjunto pequeño en número pero grande en valor agregado y número de hectáreas, de medianas y grandes empresas agrícolas que están enfocadas en gran medida a la exportación (…) y luego tenemos una masa, que se calcula de un 90 a 95 por ciento de las empresas agrícolas, de micro y pequeños productores que abastecen fundamentalmente a los mercados locales”, aseguró.
Por último, la académica se refirió a cómo ha afectado la pandemia a la agricultura familiar. “Hay una preocupación sanitaria porque hablamos de agricultores con un alto nivel de edad (…) eso limita sus capacidades de trabajar el campo. Pero donde está el tema muy preocupante es en el acceso a mercado; muchas ferias libres han cerrado y es su principal canal comercial, los intermediarios ya no están pudiéndose desplazar de la manera que lo hacían; las ventas en predio también han disminuido; entonces vemos que los agricultores están muy preocupados respecto a poder acceder a los mercados dentro de esta situación que tenemos”, cerró.
Cabe consignar que la charla fue moderada por la directora del Proyecto Fondecyt Iniciación N°1180717 “La política de las políticas alimentarias”, del Grupo de Estudios de Política Alimentaria (GEPA) e investigadora del CEDER de la ULagos, Dra. Jael Goldsmith Weil.
La presentación de la Dra. Sofía Boza se puede revisar aquí.
Publicado por: Andrés Zanetti