Múltiples emociones y la satisfacción de la culminación del proceso formativo, se vivieron en la ceremonia de egreso de la carrera de Educación Parvularia 2019 de la Universidad de Los Lagos, en que 31 nuevas profesionales recibieron su título y el reconocimiento a una formación integral.

En la ocasión, los familiares de las egresadas tuvieron una participación directa y decisiva, al entregar el delantal, símbolo de su futuro profesional.

Además, hubo reconocimientos al mejor promedio de prácticas profesionales, que fue compartido por Claudio Rogel Águila y Viviana Hinostroza Oyarzún. El premio a la mejor compañera, recibido por Camila Sepúlveda Sepúlveda y Sofía Herrera Higueras y el Mejor promedio del proceso formativo, obtenido por Javiera Bascuñán Ibarra.

Mónica Ávila, jefa de Carrera de Educación Parvularia, comentó que “esta ceremonia la estamos realizando durante 8 años y cada año tiene más contenido, más emoción. Para nuestras estudiantes no es fácil llegar a esta instancia, ya que la gran mayoría debe trabajar, estudiar y cuidar a sus hijos o hijas, y en general son todas muy buenas estudiantes; son responsables, creativas, con un compromiso social enorme, inclusive, en esta ceremonia, al finalizar, ellas hicieron una apuesta para manifestar su compromiso con el contexto y la realidad nacional”, afirmó.

Testimonios

Angie Rehbein Carrillanca, es una de las egresadas de la carrera de Educación Parvularia y comentó que “es un momento muy emotivo. La verdad es una ceremonia que se realiza con creatividad, en la que hay armonía. Podemos vivirla en familia que es lo más importante. Nuestros padres, que pasan al escenario a entregar el delantal, como un símbolo del futuro profesional nos hacen vivir la emoción de todo un camino de esfuerzo” y agrega que “espero trabajar en este rubro en que escogí esta carrera que es algo que realmente me apasiona. Es mi vocación. También, las profesoras nos orientan a través del trabajo práctico y teórico y durante todo el proceso nos lleva a enamorarnos más de nuestra carrera”, indicó.

Similar opinión tuvo Camila Sepúlveda Sepúlveda, para quien la ceremonia “fue algo muy significativo, una felicidad inexplicable ya que es el resultado de un trabajo de muchos años, de esfuerzo, sacrificio y, sobre todo, para quienes estudiamos esta carrera es una meta que se alcanza gracias a la vocación. En este sentido, estoy muy contenta, muy feliz, con ganas de enfrentarme al mundo laboral y de llevar a cabo todo lo que se nos enseñó acá y todo lo que aun nos queda por aprender”, aseguró.

Javiera Bascuñán, obtuvo el reconocimiento al Mejor promedio del proceso formativo; “no me esperaba el premio de las mejores notas pero estoy muy contenta y creo que valió la pena el esfuerzo de tantos años. Mi familia me apoyó siempre. Mis amigas también. Estoy muy orgullosa y tengo muchas emociones. Además, quiero seguir estudiando, pero debo juntar dinero, trabajar, y seguir adelante porque tengo todas las ganas y la fuerza para lograrlo”, enfatizó.

Permanencia en el tiempo

Para Mariela Casas, directora de la escuela de Pedagogía, la ceremonia de titulación “es una acto muy importante y simbólico en que la carrera mantiene esta actividad por una larga data y la idea es apoyar para que esta actividad se continúe realizando. Es un momento de encuentro entre nuestros profesores, nuestras estudiantes y sus familiares, por lo tanto, esperamos que siga permaneciendo en el tiempo y ojalá muchas carreras puedan replicar esta instancia”, destacó.

El director del Departamento de Educación, Rodrigo Lagos manifestó que “es muy importante darnos cuenta que la formación que la universidad entrega no solo representa la adquisición de conocimientos de una materia en particular, sino también el cultivo de una sensibilidad social que ha quedado plasmada en el último momento de la ceremonia, donde ellas mismas recogen un poco lo que son las demandas que hoy día el país reclama. Por lo tanto estoy muy contento por este sello que la universidad imprime en el proceso formativo”, indicó.

Historia

La académica y Educadora de Párvulos Marcela Cruzat, explica que la carrera Educación Parvularia surgió bajo el alero de la Universidad de Chile en 1971, en que la sede Osorno fue la primera escuela formadora de Educadoras de Párvulos en la Región. “Sobresale el énfasis por intervenir en zonas periféricas de la ciudad de Osorno y sus alrededores, impactando sistemáticamente en la ampliación de cobertura de este nivel educativo, especialmente en sectores de vulnerabilidad social”, sostuvo.

Desde su origen, agrega Marcela Cruzat, “la carrera se ha distinguido, entre otras cosas, porque varias de sus tituladas han sido fundadoras de establecimientos educativos de atención de la primera infancia.

Producto de los cambios acontecidos en el sistema de educación superior del país, la antigua sede de la Universidad de Chile se transforma, en un primer momento en el Instituto Profesional de Osorno (1981) y, posteriormente, en la Universidad de Los Lagos (1994). En este escenario, la carrera de Educación Parvularia ha permanecido vigente durante 48 años, asumiendo los desafíos formativos acorde a las necesidades educativas locales, regionales y nacionales”, afirmó.