“Nueva Constitución y sus implicancias para el Chile que queremos ¿Para qué nos sirve una nueva Constitución?” Fue el nombre de la exposición presentada por el  abogado constitucionalista Fernando Atria, en la Universidad de Los Lagos.

Más de 600 personas llegaron hasta el Gimnasio N°1 del Campus Puerto Montt, entre autoridades universitarias, estudiantes, profesores,  trabajadores, representantes de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) y de medios de comunicación locales.

Bajo el lema “Por un Chile más justo”, desde el mes de octubre la Universidad regional ha realizado cabildos al interior de los distintos Campus; conversatorios abiertos a la comunidad liderados por las carreras que imparte el Campus Puerto Montt y encuestas de percepción ciudadana que han otorgado datos duros respecto de las demandas y malestar ciudadano en la región. “Como universidad estatal y regional hemos asumido la tarea de abrir nuestras puertas, para que la comunidad exprese las ideas y propuestas, que nos conducirán hacia un nuevo pacto social”, apuntó Anita Dörner Paris, vicerrectora del Campus Puerto Montt.

El profesor Fernando Atria estuvo en la universidad estatal, para aportar en el trabajo realizado por la ULagos, en la línea de entregar espacios para la reflexión y análisis de los eventos ocurridos tras la crisis social del 18 de octubre pasado.

Fernando Atria Lemaitre, es abogado y profesor asociado de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile y doctor de la Universidad de Edimburgo. Ha sido protagonista de la discusión constitucional de la última década y ha escrito libros como la Constitución Tramposa y Democracia y neutralización; origen y desarrollo de la crisis constitucional.

Como panelista del programa “El Primer Café” de Radio Cooperativa, en las últimas semanas el doctor Atria ha estado en el centro de la discusión en torno a la construcción de una nueva Constitución para Chile.

CHILE DESPERTÓ

El profesor Atria aseguró que este período de movilización y protesta ha gatillado dos temas con mayor intensidad. “Chile despertó a dos cosas. Por una parte, se ha producido una creciente indignación hacia distintas formas de abuso, en el sistema de pensiones, que amenaza a todos los trabajadores; en las isapres, en el precio de los medicamentos y hacia variados tipos de colusión. Un abuso de quien tiene el poder, en perjuicio de quien no lo tiene, como una característica habitual. Segundo, indignación respecto de la clase política. En la intersección de ambos reclamos está la Constitución, no como un texto, sino como documento constitutivo de la política. Es decir, la política es como la Constitución la organiza”, destacó el abogado.

A partir de esta definición, el profesor Atria señaló que debemos preguntarnos cuál es la Constitución que actualmente tenemos. “En la actual Constitución hay una decisión de incapacitación, para que la política no pudiera actuar con eficacia. Respondió al dilema de cómo asegurar la sobrevivencia del sistema neoliberal, una vez que finalizara el gobierno de la Dictadura. Es decir, la Constitución de 1980 se hizo para evitar que la política que viniera, echara atrás el modelo neoliberal”, explicó el académico.

Fernando Atria agregó que de esta manera los ciudadanos y ciudadanas somos privados/as del poder que nos corresponde para decidir cómo será nuestra política. “Estamos al final de una política incapaz de actuar para transformar. Por lo tanto, no puede responder a las demandas transformadoras de la ciudadanía y así, esas demandas son ignoradas. Por ejemplo, el reconocimiento del pueblo mapuche que ha sido ignorado sistemáticamente en los últimos 30 años”, indicó.

Otra consecuencia para el abogado constitucionalista, es la existencia de un poder económico fuerte. “La política sólo puede hacer lo que el poder económico está dispuesto a que haga. La política es vista como un instrumento del poder económico, en contra del ciudadano. Por lo tanto, el poder económico puede abusar y la política es cómplice”, comentó Atria.

NUEVA CONSTITUCIÓN

En conclusión, Fernando Atria sostuvo que la solución es una nueva Constitución, una nueva configuración para que la política y los ciudadanos tengan más poder. “Necesitamos recuperar el poder que es nuestro, por medio de una nueva Constitución. Sin embargo, hay desconfianza y la sospecha no puede impedirnos ver una oportunidad. Por el contrario, nos permite tener una actitud de alerta, como una garantía para evitar que nos engañen. Estamos al final de un proceso largo de daño a nuestras instituciones como los partidos políticos, el parlamento. Pero es fundamental seguir ejerciendo presión política, porque la política institucional siempre llega en segundo lugar, porque las oportunidades las creamos nosotros, en primer lugar”, enfatizó el constitucionalista.