La nadadora paralímpica Angelina Ampuero Almonacid (la “tiburoncita”) sólo tiene 13 años y ya obtuvo 8 medallas de oro y record nacional en 100 metros pecho, 50 metros libre, 50 metros mariposa y 100 metros libre. Logros que – entre otros- ha obtenido en los últimos 8 meses entrenando en la Piscina de la Universidad de Los Lagos, junto a su técnico Carlo Leviante, profesor titulado en la misma casa de estudios.
Por esta destacada trayectoria deportiva, que ya la situó en la selección nacional de natación paralímpica, el intendente de la Región de Los Lagos, Harry Jürgensen le entregó un reconocimiento, en compañía de Andrés Otero, subsecretario del Deporte; Mario Bello, seremi de Deporte de Los Lagos y de Jorka Osorio, directora regional del Instituto Nacional del Deporte y de autoridades de la Universidad de Los Lagos. “Éste es un reconocimiento por representar a la región en forma impecable, a tu trabajo de superación, a tu profesionalismo, para impulsarte a seguir creciendo en esto, que te hace feliz. Lo tuyo es un ejemplo de cómo se puede salir adelante con algo tan lindo como el deporte. Ojalá una generación completa siga tu ejemplo”, dijo el intendente, en la ceremonia realizada en las instalaciones de la Piscina ULagos, ubicada en el Campus Puerto Montt.
Angelina recibió este reconocimiento en compañía de su padre Christian Ampuero y Roxana Almonacid. “En estos 8 meses de trabajo, todos los días su mamá la ha traído desde Llanquihue para entrenar. Ha sido difícil pero estamos orgullosos porque antes sólo hacía natación como terapia y en poco tiempo entrenando como deportista, ha logrado tremendos resultados. En su primer torneo en Castro, compitió con deportistas convencionales y ganó todos los premios”, comentó su padre Christian Ampuero.
Consecuentemente, el subsecretario Andrés Otero comprometió su apoyo para ayudar a Angelina, a llegar a los XIX Juegos Panamericanos Paralímpicos que se realizarán en Santiago, en el 2023. “Nos vemos en el podio”, le dijo a la deportista y a su familia.
El técnico Carlo Leviante destacó que estos logros son la consecuencia de un trabajo riguroso, un entrenamiento planificado y personalizado. “La competencia de alto rendimiento exige el doble de lo que se le exige a un deportista normal. Como técnico ha sido una experiencia nueva, de ensayo y error, donde he tenido que aprender más, darme un espacio para prepararme, para investigar y la Universidad me ha dado ese espacio. Así que con Angelina estamos orgullosos, llenos de alegría, de sueños y esperanza”, indicó el profesor.
